Por. A. Malebranch E.D.
Yo me he considerado creyente,
desde que tenía uso de razón, fui criado por mis abuelos paternos, unos
viejitos amorosos, pobres pero muy responsables, ellos me enseñaron muchas
cosas de la religión católica, enseñanzas que luego me fueron reforzadas en la
escuela, especialmente por mi profesora de primero de primaria, la señorita
Eloísa y también por el padre Aníbal quien nos ensenaba catecismo todos los
sábados por las tardes en el curso de preparación para la primera comunión,
recuerdo que me ilusioné muchísimo porque el día de mi primera comunión iría a
conocer a Dios y a recibirlo en la comunión.
Llegado el día más esperado
por mi inocente ser, recuerdo que mi abuela Magdalena, me vistió con un elegante
traja color azul oscuro, confeccionado por mi abuelo César Daniel, quien era
sastre de profesión, este vestido fue confeccionado a la medida a partir de
otro mucho más grande y viejo que desechó uno de mis tíos, pero que en las
hábiles manos de César Daniel fue convertido en un vestido nuevecito para mí;
el milagro lo hizo mi abuelo, después de lavarlo y de descocer todas,
absolutamente todas las costuras del vestido grande y viejo, piezas que las
planchó minuciosamente, para volver a trazar y cortar de nuevo, teniendo la
precaución de virar las piezas para ocultar las partes envejecidas y solamente
dejar al descubierto lo nuevo de la tela.
Por fin salimos para la
iglesia, porque yo estaba ansioso por conocer a Dios y recibirlo en la
comunión, recuerdo que en la santa misa, no puse mucho cuidado a lo que el
sacerdote decía o leía, porque estaba pendiente, en lo que en los cursos de
catequesis el padre Aníbal, nos había explicado que en el momento, en que el
sacerdote celebrante elevara la hostia con sus dos manos en ese instante bajaba
Dios, pero, yo no vi nada, volteé a ver a todas partes como para encontrar alguna
respuesta, pero resulta que toda la gente estaba reclinada con la cabeza baja y
con los ojos cerrados repitiendo santo, santo, santo.
Luego nos hicieron hacer una
fila entre todos los niños que hacíamos la primera comunión frente al sacerdote
que nos esperaba con el copón de oro y a cada uno nos iba colocando en la
lengua una pequeña hostia de color blanco, tal y como nos lo había explicado,
antes, el padre Aníbal, con otras hostias de mentiras o como él nos decía no
consagradas.
Yo pensaba para mis adentros,
¿por qué Dios, no bajó como yo esperaba?, ¿por qué un padre infinitamente bondadoso
y amoroso no se presentaba ante sus hijos pequeños, unos niños inocentes,
confesados y puros para darnos la alegría de conocerlo?, ¿qué opinar de un
padre que no se deja ver de nadie, que no quiere hablar con sus hijos?, ¿qué
opinar de un padre que a toda hora se esconde? Estas mismas inquietudes se las
planteé a mis abuelos después de la misa y me dijeron que Dios sí estuvo en la
iglesia y que precisamente bajó de los
cielos en el momento de la Liturgia eucarística, para posarse en la hostia
grande que el sacerdote elevó al cielo con
sus dos manos y que en la pequeña hostia que recibí en la lengua al momento de
comulgar estaba presente el cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo y que ahora él
estaba dentro de mí y que nunca me abandonaría mientras no cometiera pecado
alguno sino que me mantuviera como confesado.
Ese día hubo fiesta en mi
casa, una fiesta modesta pero fiesta al fin, hubo comilona que mi abuela había
preparado; todos se veían alegres, comiendo y bebiendo del júbilo que les
producía que el niño de la casa por fin había hecho su primera comunión, ese
día recibí muchos regalos de parte de mis tías y tíos y también de alguno que
otro amigo de la casa que mis abuelos habían invitado, mientras eso sucedía y
ya agotada tarde y a punto de que cayera
la noche y mis tíos se emborrachaban me encerré en mi cuarto a seguir pensando
y a hacerme preguntas sin encontrar respuesta, en esas entró mi abuelo y al
verme con los ojos humedecidos me dijo: ̶ yo esperaba que estuvieras contento y no a
punto de llorar, al fin hiciste tu primera comunión, ̶ eso
es así abuelito, ̶ le respondí, ̶ pero es que me da tristeza no
haber conocido a Dios como yo me lo esperaba, no entiendo por qué Dios no se
deja ver ni en las curvas, por qué no quiere hablar con sus hijos y dizque
envía mensajes a través de terceras personas o a través de señas confusas, un
padre que nos ama a sus hijos, pero no lo demuestra ¿cómo quieres que te crea
lo que dices abuelo, que estuvo en la iglesia, que bajó de los cielos cuando el
sacerdote elevó la hostia en sus manos, eso es mentira?, ¿no te da pena
mentirle así a tu nieto que aún es niño y está buscando la verdad?, ¿cómo
entender a Dios como un padre bondadoso, que nos ama mucho pero que si le
desobedecemos nos mandará sin piedad al
fuego que no se extingue, pero que quema horriblemente y por toda la
eternidad?, no entiendo abuelo, explícame eso por favor. Y no me digas que Dios
está metido en mí desde cuando comulgué porque no te lo voy a creer ̶ Mira
niño, ̶ me trataba de explicar mi abuelo ̶ Dios
está en toda parte y lugar, él nos está viendo, ahora mismo está escuchando
esta conversación y al tú dudar de eso estás cometiendo pecado, porque estás
perdiendo la Fe y recuerda que Fe es creer lo que no vemos porque Dios lo ha
revelado, a Dios no lo podemos ver porque es un espíritu puro ̶ ¿o sea abuelo que por pensar como yo pienso, estoy cometiendo pecado y me podría ir al
infierno si me muriera ahora mismo sin confesarme? ̶ Esperemos que no sea así, pero recuerda que
uno peca por palabra, obra y pensamiento. ̶ Perdón abuelo, pero sigo sin
creerte nada, pero tranquilo que ahora
mismo me voy a confesar porque he pecado por pensamiento y por palabra al
contarte lo que pienso y lo hago no porque me hayas convencido, sino porque
tengo miedo, terrible miedo al infierno.
La Fe como me lo explicó mi
abuelo, es exactamente lo mismo que me lo había enseñado la señorita Eloísa y
también el padre Aníbal: Fe es creer lo que no vemos porque Dios lo ha revelado,
pero, ¿a quién se lo habrá revelado si con nadie quiere hablar?, bueno, yo me
acuerdo que la señorita Eloísa y también el padre Aníbal me enseñaron que Dios
si ha hablado, aunque sin dejarse ver, con algunas pocas personas que se llaman
los profetas y a ellos les ha revelado cosas para que nos las cuenten a los demás,
¿será?, ¿o qué tal que el que se dice profeta no lo sea y se inventó que Dios
habló con él y sea mentira? Pero vuelco e insisto ¿por qué no habla
directamente con nosotros, especialmente con los niños que nos hemos ilusionado con la primera comunión?, ¿por qué
sí habla con profetas?, ¿qué tiene ellos que no tengamos los niños de primera
comunión?
Más bien señor te lo ruego
¿por qué no me haces el favor de presentarte ahora mismo aquí ante todos los
pastusos, por ejemplo en la plaza de Nariño y nos hablas de lo que tú quieres
que hagamos o no hagamos todas tus creaturas?, ¿tal vez será porque, como dicen
algunos fanáticos, que si uno ve de frente a Dios, se puede quedar ciego como
cuando alguien se atreviera a mirar el sol?, ¿será?, bueno pero siendo
infinitamente poderoso, le podría rebajar al brillo y así no quedaríamos ciegos.
A partir de aquella
conversación con mi abuelo, hace más de 65 años, el día de mi primera comunión,
sé que Dios me está leyendo la mente a cada instante y como sé que está en toda
parte y lugar y que es tan poderoso que nos está vigilando, minuto a minuto y
segundo a segundo, siento tanto miedo que me he acostumbrado a que todos los días al levantarme le doy gracias
al señor por concederme otro día más de vida, cuando me dispongo a comer le doy
gracias por darme la comida a mí y a mi familia, pero me siento que soy egoísta
y solamente pienso en mí y en mi familia, pero sé por las noticias, que muchos
niños en el mundo se están muriendo de hambre, y para no ir muy lejos aquí
mismo en Colombia, en la Guajira, en el Chocó, incluso aquí en Bogotá, en
Ciudad Bolívar y en muchas casas de familias pobres hay niños que se están
muriendo de hambre y ahí es cuando peco por pensamiento porque me pregunto ¿por
qué a mí y a mi familia Dios nos da el alimento y a los pobres no, y los deja
morir de hambre?, Ahora, pienso, si a todos y cada uno de nosotros nos vigila,
escucha y hasta lee nuestros pensamientos, ¿por qué no escuchará el clamor de
los niños que tienen hambre, e incluso se están muriendo por falta de un
mendrugo de pan?, aunque fuera un mendrugo debería enviarles, el todo sería
evitarles el inmenso y horrible dolor de sentir hambre hasta la muerte.
Por otra parte, creo que el
problema, es que no puedo dejar de
escuchar las noticias o de ver lo que sucede en la calle y es allí cuando me
asaltan los malos pensamientos, por ejemplo, hace algún tiempo, creo que a
principios de junio de 2018, presentaron en televisión la noticia del desastre
causado por la erupción del Volcán de Fuego en Guatemala que provocó la muerte a
202 personas y 229 desaparecidos, según datos oficiales, en mi memoria tengo
las imágenes de personas humildes desesperadas llorando inconsolablemente y rogando
a todo el mundo que orásemos para que Dios se compadezca y calme al volcán y
ahí me asaltó un mal pensamiento: ¿a quién le oramos, acaso no fue Dios el que
produjo la erupción?, ¿no es acaso que ni la hoja de un árbol se mueve sin su
santísima voluntad?, entonces si esa erupción del Volcán de Fuego estaba entre
sus planes recordemos, que los planes de Dios no pueden ser averiguados y mucho
menos comprendidos, la frase correcta es: “los designios de Dios son inescrutables”
y que al meterse en eso ese comete un gravísimo pecado mortal, ¿otra vez he
pecado gravemente con este pensamiento?, o mejor pienso que eso no fue obra de
Dios sino de la naturaleza. Pero eh aquí otro mal pensamiento: ¿y Dios porque
no lo evitó si es infinitamente poderoso?, o mejor pienso en que “los
designios de Dios son inescrutables”
¿Y entonces los bomberos y voluntarios de la cruz roja al ayudar a las víctimas están cometiendo gravísimos pecado mortal porque “los designios de Dios son inescrutables”
De un tiempo para acá he
dejado de ver y escuchar los noticieros, porque creo que son la causa de mis
malos pensamientos, pero pasado algún tiempo, lejos de los noticieros, sucedió
que un buen día me llamó un amigo, ̶ escuchaste la noticia que la Iglesia católica
reveló una lista de 26 sacerdotes investigados por pederastia en Colombia y que
la Arquidiócesis de la ciudad de Medellín difundió los nombres de los curas que
fueron denunciados ante la Fiscalía entre 1995 y 2019, ̶ no, no he escuchado nada al
respecto ̶ le respondí, al terminar la
llamada, nuevamente un mal pensamiento me asaltó ¿cómo es posible que Dios que
todo lo sabe, que está en todas partes, que hasta lee mis pensamientos para mandarme
al infierno no haya detenido esos abusos contra niños y cometidos por los
propios representantes de él aquí en la tierra, como son los sacerdotes?,
¿qué
designio o plan de Dios puede ser que unos curas violen a niños?. Mi sacerdote
confesor me explicó que una cosa son los designios de Dios y otra muy distinta
es el libre albedrío o sea la libertad concedida por Dios a los humanos para
que se responsabilicen de sus propias decisiones, esto quiere decir ̶ agregó el prelado ̶ que Dios no es el responsable
de los actos de pederastia que algunos muy pocos, por cierto, curas hayan
cometido, o sea ̶ repliqué
̶ ¿un acto de pederastia encaja dentro del
libre albedrío del cura corrompido? Y ¿Dios permite que un acto de pederastia se
cometa y no hace nada por impedirlo, por respeto al libre albedrío del cura,
aunque ultraje gravemente a un niño?
Investigando aún más sobre
estos casos he encontrado cosas espantosas, como por ejemplo: han sido abusados
niños desde los 3 años, aunque en la mayoría de los casos han sido de entre los
13 y los 15 años y los abusos han consistido tanto en obligar al niño a
practicarle sexo oral al cura, como también el cura hacerle sexo anal al niño,
estos aberrantes casos, que no son pocos en el mundo, no pueden haberse dado
por designio de Dios y tan es así que la propia iglesia ha denunciado a los
abusadores, ante las autoridades
civiles, catalogándolos como crímenes; si
fueran designios de Dios no habría por qué denunciar, ni castigar al sacerdote,
pero entonces mi mal pensamiento me asalta con más preguntas ¿por qué Dios con
su infinito poder no frenó el abuso, por ejemplo quitándole la vida al cura
corrompido, o haciendo desaparecer al niño, para que el abusador se fuera en blanco?
Al respecto recuerdo el pasaje bíblico
de Abraham y su hijo Isaac, en que Jehová, o sea Dios, le dijo a Abraham que
llevara a Isaac al monte Moriah y que ofreciera a Isaac como sacrificio, o sea
que lo mate y lo ase como si fuera un ovejo, el padre obedeciendo el mandato de
Dios lo hizo, pero cuando Abraham estaba a punto de sacrificar a Isaac, un
ángel de Jehová lo detuvo y ahora yo me pregunto ¿por qué Dios no detiene de
cualquier manera al cura pederasta antes de que actúe con tal abominación?
Muy pronto abandoné la idea de
dejar de escuchar las noticias, al fin y al cabo la noticia lo único que hace
es informar de lo bueno, malo o feo que esté ocurriendo en cualquier parte del
mundo y ahí no está el pecado, lo está en la deducción, interpretación o
análisis que uno haga y en mi caso particular el problema lo tango únicamente
yo por no saber diferenciar lo que es obra de Dios y lo que no lo es, así que mi
nueva decisión es la atribuirle a Dios solo lo bueno que suceda más no lo malo,
porque he entendido que es donde cometo el pecado de pensamiento.
En estos días de fin del año
2022 y comienzos del 2023 en todos los noticieros en Colombia, nos informan
acerca de los desastres causados por la ola invernal y según lo han confirmado
las autoridades se cuentan ya con más de 488 mil
damnificados, o sean personas
que han sufrido algún daño, como consecuencia de las lluvias en año 2022, esta desgracia colectiva en más de 770 municipios
de los 1.103 que hay en el territorio nacional, ya ha dejado algo más de 147
mil familias destrozadas, cerca de 6 mil viviendas destruidas y casi 80 mil
gravemente averiadas y como si eso fuera poco las autoridades hablan de más de
2 mil doscientas vías, cera de 250 puentes vehiculares y 114 peatonales, más de
320 acueductos, 84 alcantarillados, 19 centros de salud y cerca de 250 escuelas,
todo completamente destruido; ante el horror que me causan estas realidades y
el imaginarme el dolor que deberán estar sintiendo los afectados, no me atrevo
a pensar en los designios de Dios sino que esta ola invernal según los expertos
ha sido causada por nosotros mismos los humanos con nuestras malas prácticas
ambientales.
Precisamente en este punto
rezo mentalmente 3 padrenuestros y el yo pecador, para evitar el mal
pensamiento que me está corroyendo la cabeza ¿Dios por qué no ha hecho algo a
pesar de las cadenas de oración que a diario hemos hecho la mayoría de
colombianos?
Otro mal pensamiento que me
viene asaltando desde hace tiempos es que a los que tenemos algo de dinero y
sobre todo a los ricos, Dios nos ayuda demasiado y a los pobres no, aunque
ellos siempre le dan gracias así estén en la situación más deprimente que uno
se pueda imaginar. A mi correo electrónico y a mi whatsapp, todos los días me
llegan, videos y estampitas con oraciones de alabanzas a Dios y oraciones de
agradecimiento por lo bien que me va a mí y a mi familia, si bien eso es cierto
y no me quejo, pero malpienso ¿qué pasa
con los niños que se están muriendo de hambre?, ¿por qué a los israelitas en el
desierto Dios les hacía llover el maná del cielo para que comieran y no se
murieran de hambre, y ahora no les hace caso a los niños pobres?
¿Qué pasa con los niños que
desde que nacen vienen con enfermedades graves, por ejemplo niños que nacen sin
riñones, niños recién nacidos con cáncer?, otros niños nacen con enfermedades huérfanas
Y lo más grave es que son niños de hogares muy pobres, rara vez un niño rico
nace sin riñones y con cáncer o con hidrocefalia ¿A qué se deberá esta horrible
discriminación? Mi confesor me explicaba que eso no sucede por designios de
Dios, sino por circunstancias de la vida y me decía por ejemplo muchas veces sucede
que niños hijos de padres degenerados, viciosas, drogadictos es lógico que nazcan
con este tipo de mal formaciones, pero mis malos pensamientos me atacaban de
nuevo, para que le replicara al cura ¿Y lo justo no sería que Dios auxilie a
los niños pobres ya que sus padres han sido degenerados, borrachos,
drogadictos, etc., al fin y al cabo los niños recién nacidos son inocentes y no
tendrían por qué cargar con la culpa de
sus padres sin importar lo que hayan hecho? ¿Es posible que aquí ya nos estemos
metiendo en los designios de Dios, porque es posible que el señor quiera castigar
a los padres castigándolos por donde más les duela que son sus hijos? La verdad
no lo sé porque mi pobre y humilde cerebro no me da para distinguir entre un
designio de Dios, de una casualidad de la naturaleza, o de un caso fortuito, o
del libre albedrío.
Hasta aquí el artículo, muchas gracias
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