Segunda parte: ¿OTRA VEZ OPERACIÓN DE BANDERA FALSA?



Por. Armando Malebranch Eraso D.

Pero haciendo caso omiso de la advertencia, el Lusitania zarpó el primero de mayo de 1.915 del puerto de Nueva York con destino a Liverpool, como carnada, sin importar que exponían a la muerte a dos mil pasajeros y a ochocientos más como tripulantes, al mando de un tal capitán Turner, quien después de la tragedia pudo salvarse y aportó mucha información a las autoridades encargadas de la investigación. Y por si las dudas, de si el capitán del Lusitania estuvo o no enterado de las advertencias, se llegó a saber que sí, y lo corroboran las declaraciones posteriores del mismo Turner, quien confirmó que todos estos avisos habían sido debidamente recibidos a bordo. El Lusitania fue identificado y torpedeado dos veces por un submarino U-boat U-20 y se hundió en 18 minutos después de una tercera explosión, cerca del cabo de Old Head of Kinsale, en aguas de Irlanda, el saldo fue de 1.198 personas muertas y 761supervivientes. Según otras investigaciones, no oficiales, el barco iba con pasajeros, pero también iba cargado con municiones y explosivos con destino a Gran Bretaña. Además este barco tenía izada la bandera inglesa. Bueno, así tenía que ser, porque al fin y al cabo era inglés, pero allí viajaban como pasajeros casi setecientos norteamericanos. Claro está que esta versión ha sido negada, como es apenas lógico,  por el gobierno norteamericano, pero es verdad que el Lusitania transportaba municiones de fusil y de cañón, cuya cantidad fue estimada en 173 toneladas por el propio Churchill, que en ese momento era primer lord del Almirantazgo; otros dijeron que eran 5.000 las toneladas de contrabando de guerra, pero independientemente de la cantidad, este hecho, y no los torpedos, causaron el hundimiento. Y la pregunta es ¿por qué? y ¿para qué?, simple: para justificar ante el mundo entero la entrada de los Estados Unidos en la guerra. Por otra parte, no podemos dejar de señalar la actitud negligente de los ingleses, en el sentido de hacer navegar un buque de pasajeros en una zona de guerra, con un cargamento de explosivos a bordo. Otro aspecto polémico de este caso, fue dilucidar si el buque estaba o no armado. Los ingleses siempre negaron que el buque lo estuviera; los alemanes, por su lado, sostenían que estaba realmente artillado. Lo que se puede afirmar es que el buque, en virtud del convenio de los Estados Unidos con el gobierno británico, debía, en caso de guerra, servir como transporte de tropas y por lo tanto tenía las cubiertas reforzadas y en ellas instaladas bases para recibir cañones. Esto, sumado a otros torpedeamientos reportados, provocaron muchas manifestaciones con diverso grado de violencia en todos los Estados Unidos, contra lo que fue calificado como “atentado contra el derecho de gentes”, y se responsabilizó de esto al emperador de Alemania. Muchos analistas pro-norteamericanos dicen, pero si no está del todo comprobado, que el barco haya llevado un cargamento de guerra, ¿por qué se insiste en eso? Yo creo, que si hay pruebas, que el barco iba con explosivos, hay un artículo de Marcelo C. Ossó, que dice que, en primer lugar, siempre fue curioso el hecho de que el gobierno inglés prohibiera durante mucho tiempo que el Lusitania fuera buceado, sobre todo encontrándose a una profundidad de tan solo 90 metros, la cual con los sistemas modernos no representaría ninguna dificultad; y en segundo lugar, que una expedición logró recorrer los restos, comprobando que el barco se encuentra entero, y en la zona de proa, donde impactaron los torpedos, existe una gran parte del casco desfondado con muestras de estar las latas retorcidas hacia afuera y no hacia adentro, lo que indica claramente que la razón principal del naufragio fue una detonación interna, la de la carga de explosivos, y no externa, la de los torpedos.
 ¿Qué ganaron los interesados en que los Estados Unidos entraran en la guerra? Lo que no sé es si son verdades o infundios de la oposición. La Primera Guerra Mundial dejó cerca de cuatrocientas mil muertes de norteamericanos, les costó treinta mil millones de dólares a los americanos, la mayoría pedidos en préstamo a los banqueros, y dicen las malas lenguas que J. D. Rockefeller ganó en intereses por los préstamos otorgados la media bobada de doscientos millones de dólares de esa época, los que equivaldrían, aproximadamente, a unos dos mil setecientos millones de dólares a precios de hoy.
Otra operación de bandera falsa de los gringos fue la entrada de los EEUU, a la Segunda Guerra Mundial, donde tampoco les correspondía, porque se trataba de una guerra europea y japonesa.
Lo que yo creo es, que la Segunda Guerra Mundial fue protagonizada por los mismos contendientes de la Primera, y por eso quizá se dice que fue una continuación, aunque no es así, al fin y al cabo la Primera Guerra Mundial finalizó con la derrota de Alemania, de ahí que se firmara el tratado de Versalles, de 1.919 en Francia, imponiéndole castigos muy duros a Alemania, cuyo régimen es conocido como la República de Weimar, que era la derrotada en esa guerra. Recordemos que el Tratado de Versalles,  o acuerdo de paz, lo firmaron Thomas Woodrow Wilson, presidente de los Estados Unidos, David Lloyd George, primer ministro de Gran Bretaña, Georges Clemenceau, primer ministro francés, y Vittorio Emanuele Orlando, jefe de gobierno de Italia. Mediante ese tratado, Alemania tenía que reducir considerablemente su ejército y pagar unas exorbitantes sumas a los países aliados, dado que había provocado la guerra. Igualmente, la primera sección del Tratado de Versalles recogía el Pacto de la Sociedad de Naciones, cuyo objetivo era garantizar el cumplimiento de los términos de varios convenios acordados después de la Primera Guerra Mundial con el fin de lograr una paz duradera, así que yo tampoco creo que se haya tratado de una sola guerra. Lo destacable es mirar la entrada de los Estados Unidos, porque si hacemos una retrospectiva de la guerra, no veremos ninguna agresión que haga sospechar el ingreso de este país en la confrontación. Aunque no soy experto en el tema, yo diría que, no solo no existió agresión alguna y antes por el contrario, los Estados Unidos, como no salieron muy bien librados con el Tratado de Versalles, porque no consiguieron que les pagaran las deudas contraídas, iniciaron una política aislacionista, lo que hacía suponer que no se meterían en otra guerra si la hubiese.
La Segunda Guerra la inició Alemania, debido a que fue muy perjudicada por el famoso Tratado de Versalles, porque le redujeron su ejército a no más de cien mil soldados, no podía disponer de mejoras tecnológicas en su armamento, y su territorio era insuficiente para la calidad de vida de sus habitantes. Sobre esta base surge Hitler, como el abanderado de la recuperación alemana, y empieza a anexar territorios de países vecinos, pero de habla alemana. Pero es conveniente recordar,  que después de la Primera Guerra Mundial y la disolución del Imperio austrohúngaro, se proclamó la Checoslovaquia independiente, que incluía el antiguo reino de Bohemia. Además, las disputas entre checos y germano hablantes persistieron en los años veinte y se agravaron en los años treinta con la crisis económica que golpeó de forma especialmente dura los Sudetes, ya que estos dependían de industrias fuertemente exportadoras, como la industria del papel, los juguetes o el vidrio, el sesenta por ciento de la producción checa se realizaba en los Sudetes, y el 78% se exportaba. Esto hizo que se disparase el desempleo y, como consecuencia, el descontento de muchos habitantes de la zona.
No debemos olvidar que la Alemania de Hitler hizo un convenio con los rusos en plena época estalinista, para tomarse parte de Polonia. Ese pacto, conocido como Pacto Ribbentrop-Mólotov, establecía que Polonia quedaría como zona de influencia que se repartirían entre ambos estados mediante un común acuerdo que tuviese en cuenta los intereses mutuos, mientras que la Unión Soviética lograba que Alemania reconociese a Finlandia, Estonia, Letonia y Besarabia como zonas de su interés, y más tarde también reconocería a Lituania como tal. A cambio, la URSS se comprometía a respetar los intereses especiales de Alemania sobre la ciudad de Vilna. También en estas cláusulas secretas se comprometían a consultarse mutuamente sobre asuntos de interés común y a no participar en cualquier alianza formada en contra de alguno de los estados firmantes. Todas estas estrategias alemanas respondían al descontento de la gran mayoría de los alemanes frente a las condiciones impuestas por el Tratado de Versalles; y para muchos de ellos la democracia era un régimen que no se ajustaba a las tradiciones ni al carácter del pueblo alemán. Los términos del tratado de paz y la obligación del pago de indemnizaciones astronómicas a los vencedores eran considerados como un acto de venganza y una injusticia sin límites. La sensación de frustración frente a la realidad impuesta por las potencias occidentales y el temor de una posible revolución comunista en Alemania prepararon el terreno sobre el que se desarrollaron y florecieron grupos radicales de derecha. El partido nazi fue uno de esos grupos. La inestabilidad económica de posguerra también dio impulso al descontento y a la búsqueda de soluciones extremas.

El estallido de la Segunda Guerra mundial se suele ubicar el primero de septiembre de mil novecientos treinta y nueve, con la declaración de guerra de Francia contra Alemania, debido a la invasión de Polonia; a esa declaración se sumó la mayor parte de los países de Gran Bretaña. Además, Polonia fue invadida por Alemania por el flanco occidental, y Rusia por el oriental, merced al Pacto Ribbentrop-Mólotov. Hacia 1.941 Alemania ya se había apoderado de gran parte del continente europeo. Pero en todas estas, ¿dónde aparecen los Estados Unidos?  Los Estados Unidos no eran invitados a esta fiesta, pero querían serlo, pero lo más cínico es el discurso del presidente Franklin D. Roosevelt cuando le pedía al Congreso que declarara la guerra contra Japón después del ataque del día anterior a Pearl Harbor, en las Islas de Hawái. “Ayer, el siete de diciembre de mil novecientos cuarenta y uno, una fecha que vivirá en la infamia, los Estados Unidos de América fueron repentina y deliberadamente atacados por las fuerzas navales y aéreas del imperio de Japón. Los Estados Unidos estaban en paz con esa nación, y a su iniciativa estaban todavía en conversaciones con su gobierno y su emperador, a fin de lograr el mantenimiento de la paz en el Pacífico. Es más, una hora después de que las escuadrillas japonesas comenzaran a bombardear la isla americana de Oahu, el embajador japonés en los Estados Unidos y su colega entregaron a nuestro secretario de Estado una respuesta formal a un reciente mensaje americano. Japón ha emprendido una ofensiva que se extiende por toda el área del Pacífico. Los hechos de ayer y hoy hablan por sí solos. La gente de los Estados Unidos ha ya formado su opinión, y entiende bien las implicaciones para la vida y la seguridad de nuestra nación. Con confianza en nuestras Fuerzas Armadas, con la determinación ilimitada de nuestra gente, ganaremos el inevitable triunfo con la ayuda de Dios. Pido al Congreso que declare que desde el ataque cobarde no provocado de los japoneses el domingo 7 de diciembre de 1.941, un estado de guerra ha existido entre los Estados Unidos y el imperio japonés”. Pero ¿por qué el discurso del presidente Roosevelt ha sido cínico? 

Continuarà  

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