¿Es posible la guerra de los mundos?



¿ES POSIBLE LA GUERRA DE LOS MUNDOS O GUERRA INTERPLANETARIA?



Yo creo que no es posible la guerra de los mundos, o guerra interplanetaria o guerra intergaláctica,  por lo siguiente:

Para que haya guerra entre los mundos, o lo que se conoce como guerra interplanetaria o al guerra de las galaxias se requiere, en primer lugar, que existan planetas con civilizaciones de seres muy inteligentes, más que los humanos o sea con un nivel tecnológico tan avanzado que fueran capaces de navegar por el universo, en segundo lugar, que existieran controversias irreconciliables entre algunas de dichas civilizaciones, de no ser así, la susodicha guerra no podría darse

Entendiendo por civilización a un conjunto complejo de seres inteligentes, cuyos rasgos básicos, están dados por su forma de organización, sus instituciones y su estructura social, diríamos que no existen civilizaciones en otros mundos, decepcionando con esto a ufólogos que todos los días ven ovnis, platillos voladores y naves de otros mundos y también a los creadores de los seres extraterrestres o alienígenas que alguna vez dizque nos visitaron.

Desde mi punto de vista, aparte del planeta tierra, en ningún planeta del universo, existen civilizaciones, porque seres inteligentes, como los conocemos en este mundo, no existen ni pueden existir en ningún otro planeta, ni cuerpo celeste, a lo largo y ancho del universo, por una sola razón, póngale cuidado: 

"la inteligencia surgió en la tierra por un accidente único, irrepetible y extraño, más no como el devenir histórico normal de la evolución de la vida"

Otra cosa muy distinta sería preguntarse ¿habrá vida en otros planetas del universo? Y aquí, la lógica respuesta sería que sí, porque a pesar de que la presencia de la vida, como se la conoce en la tierra, requiere de muchísimas condiciones, hay millones de planetas en el universo que las cumplen y por lo tanto si habría vida en muchos, mejor dicho, en miles de millones, de planetas.

La referencia hecha sobre un accidente único, irrepetible y extraño, que desencadenó en la generación de la inteligencia, merece una explicación y aunque parezca increíble, el susodicho accidente fue un cataclismo, para nosotros de enormes proporciones, que sucedido en uno de los más insignificantes planetas y quizá uno de los más pequeñitos, uno que se encuentra perdido casi a las afueras de una de los miles o quizá millones de galaxias que conforman nuestro universo, ese pequeño planeta es la tierra.



El mencionado cataclismo produjo una desviación anormal en la evolución humana. De no haber sido por eso, ahorita mismo, seriamos como los gorilas, chimpancés, bonobos y orangutanes, sin inteligencia alguna y viviendo en la selva, más no en ciudades y creando máquinas increíbles, como aviones, naves espaciales, televisores, celulares, vacunas para prolongar la vida, ni nada de esos prodigios de que somos capaces de diseñar construir y usar los humanos.

Al respecto, es preciso saber que la inteligencia en la tierra únicamente la posee una sola especie de entre los miles de millones que existen y han existido y dicho efecto no lo podemos atribuir a  los años de evolución, porque si solo de eso se tratara, hay especies muchísimo más antiguas que la especie humana que deberían ser mucho más inteligentes, por ejemplo  los cocodrilos, por citar solo uno, de los que se calcula que existen sobre la faz de la tierra, desde hace 80 millones de años, hay otras especies mucho más antiguas, pero quizás desconocidas para muchas personas,  como las hormigas de marte (Martialis heureka) 120 millones, el esturión (de donde se obtiene el caviar)  200 millones, el cangrejo herradura (Limulus polyphemus) 445 millones, las medusas 505 millones de años y claro que han evolucionado y lo siguen haciendo, pero no han llegado a tener inteligencia.



Para entender lo del curso anormal de la evolución humana, se debe empezar por explicar la formación del gran Valle del Rift hace 30 millones de años, al noreste del continente africano, pero antes vamos a mirar un mapamundi y nos vamos a imaginar cómo era este mundo hace 30 millones de años, posiblemente, exuberante en vegetación y en diversidad de animales, no había humanos ni nada que se le pareciera y nos vamos a centrar en África y lo que posiblemente veamos será selvas inmensas, lo mismo que extensas sabanas, quizá los mismos animales que conoceremos  en la actualidad, leones, elefantes, ñus, leopardos, hienas, etc.,  y otros que ya no existen, han desaparecido; entre toda esta diversidad pongámosle atención en los grandes árboles a unos monitos pequeños de aproximadamente de 40 centímetros de estatura, peludos como los actuales gibones, pero de color pardo.

¿Qué importancia pueden tener estos micos de hace 30 millones de años?



Estos monos ya extintos, han sido catalogados por la comunidad científica como pertenecientes el género Propliopitecus y según los más recientes descubrimientos y análisis de sus fósiles se cree que sean el ancestro de los actuales primates, tales como los chimpancés, los gorilas, los bonobos y los humanos y aunque parezca increíble este monito del tamaño de un perro es ancestro de los enormes gorilas y de los humanos.

¿Pero cómo así, explíquelo mejor?

En este breve artículo no esperemos encontrar la explicación de la evolución del gorila, ni del chimpancé, sino solo una aproximación a la evolución de la inteligencia humana

Pues, resulta que, según los científicos, hace aproximadamente 30 millones de años, un cataclismo de enormes proporciones, que sucedió en el nordeste del que actualmente se conoce como el continente africano,  producido  por la separación de las placas tectónicas de la tierra, conocidas con los nombres de Somalí y Nubia, produjo la formación del gran valle del Rift, que es una enorme brecha que va de norte a sur desde los territorios al occidente de Somalia, casi que, desde Yibuti hasta Mozambique al sur, en un tramo de aproximadamente 4.830 kilómetros, y que está separando a los territorios que actualmente ocupan Somalia, Etiopía, Kenia, Tanzania y Mozambique del resto del continente africano.



Cualquier lector, estará pensando, pero un cataclismo como el mencionado, se puede dar en cualquier otro planeta, eso es cierto, pero lo extraño es lo que se desencadenó a partir de este acontecimiento, los seres vivos terrestres, que quedaron atrapados en el valle de Rift, incluyendo a los monos Propliopitecus, les tocó adaptarse a unas condiciones naturales diferentes a las de sus parientes de la parte occidental del continente, aquellos que quedaron en la zona occidental, prácticamente continuaron  disfrutando del mismo territorio que tenían antes de la catástrofe, con enormes árboles y la misma vegetación, por lo tanto siguieron el curso normal de la evolución hasta convertirse en los actuales  simios, que son muchísimo más grandes que su ancestro  Propliopitecus, en cambio los del oriente al quedar en territorios mucho más secos y con una disminución drástica de árboles que eran sus viviendas y al mismo tiempo su despensa de frutos y hojas, se vieron abocados a la muerte o a adaptarse a las nuevas condiciones climáticas  impuestas por la naturaleza.

La pérdida de árboles en la parte del valle del Rift, se pudo deber a que el cataclismo mencionado propició la formación de grandes elevaciones montañosas en su parte occidental, que en cierta forma debieron detener la circulación de nubes que venían desde el océano Atlántico en dirección al oriente, generando un clima más seco que el de la parte occidental



Este mono Propliopitecus, nunca pudo ponerse en contacto con sus hermanos del occidente, por lo inexpugnable de la barrera montañosa que separaba los dos territorios africanos (occidental y nororiental) pero a ambos lados la evolución de la vida continuaba incesantemente, solo que al oriente los monos Propliopitecus, de arborícolas debieron pasar a caminantes de la sabana, pero a qué precio, veamos algunos detalles.

Posiblemente, los monos de oriente debieron volverse muy agresivos entre ellos y se habrían peleado con furia, hasta matarse, por hacerse a un espacio en los pocos árboles que aún quedaban, en cambio, los mismos monos de la parte occidental quizás fueron tranquilos porque esa escasez no la padecieron y si se peleaban de vez en cuando, habría sido por alguna hembra, pero sin matarse.

Al pasar de los siglos, los monos de oriente siguen con su agresividad y como si este comportamiento ya se hubiera fijado en sus genes. A los monos perdedores, posiblemente les habría tocado rebuscárselas en el piso, situación bastante difícil, si se tiene en cuenta que andar en cuatro patas entre altas yerbas, sin ver por dónde se iba, muchos habrán caído presas fáciles de las fieras.



Como medida válida para escapar de las fieras en la sabana de malezas más altas que su propia estatura, a este monito, le tocaría andar en cuatro, pero de vez en cuando erguirse para ver y así escapar del predador, con el paso del tiempo y en especial de las futuras generaciones el monito posiblemente aumento su estatura y aprendió a caminar sobre sus patas traseras (bipedestación), primer cambio evolutivo diferente a sus congéneres de occidente, bipedestación que debió traer  cambios anatómicos importantes, tales como modificación de la articulación que forma la cabeza esférica del fémur y el acetábulo de la pelvis, lo mismo que la modificación de la rótula a fin de disminuir la fricción y ocasionalmente modificar el vector de tracción del músculo.

La bipedestación, también debió traer consigo otro extraordinario cambio evolutivo en la anatomía del mono que consistió en la ubicación de los ojos en el cráneo para poder ver de frente, pero este solo y aparentemente simple cambio, exigió que el hueso etmoides[1], tuviera que curvarse de tal forma que se acomodase a la nueva posición del cráneo con la cara agachada, como debe ser para ver hacia el frente.



Pero lo más sorprendente fue que al curvarse el hueso etmoides, entonces la parte trasera del cráneo adquirió más espacio, como para albergar un cerebro de mayor tamaño y aquí es donde empieza a aparecer, el milagro de la inteligencia humana, segundo cambio evolutivo diferente a sus congéneres de occidente.

Ahora es posible pensar que aparte del mono Propliopitecus, todos los animales que padecieron el cataclismo y sobre todo los que se quedaron en el oriente también debieron evolucionar diferente que sus congéneres y debieron sentir los cambios en el clima y en los recursos alimenticios y lógicamente que debieron atravesar por una ruta evolutiva algo diferente que sus congéneres de occidente, pero sin llegar a ser tan drásticos como el padecido por el mono Propliopitecus, por el papel del árbol, hogar y sustento alimenticio de este mono, que fue el que desapareció o disminuyó  drásticamente, situación especial, única e irrepetible, que lo obligó a caminar y a evolucionar como bípedo.

De lo anotado hasta ahora, lo importante a destacar es que nuestro antepasado el  Propliopitecus, fue un extraordinario luchador por la vida y que a pesar del desastre sufrido por muchos de sus parientes, al tratar de conquistar nuevos territorios boscosos y atreverse a sobrevivir en los peligros de la sabana del nororiente africano y a vencer las condiciones climáticas adversas, de esa región, se mantuvo, debido a su transformación de cuadrúpedo a bípedo, así le haya costado muchos millones de años en lograrlo y tal parece que en los genes de los nuevos individuos ya estaba la capacidad de soportar la adversidad

Aunque no se han descubierto fósiles de descendientes evolucionados del Propliopitecus, para corroborar lo expuesto hasta ahora, me voy a referir al Orrorin tugenensis, especie de homínido, que posiblemente existió hace 6 millones de años en territorios de lo que actualmente es la Republica de Kenia, sus restos fósiles fueron encontrados en el año 2.001, por la paleo-antropóloga francesa Brigitte Senut, el inglés Martin Pickford y sus colaboradores.



Este mono Orrorin, se calcula, por el estudio de sus restos que habría tenido una estatura cercana a los 1,40 mts, un metro más alto que su ancestro Propliopitecus, estatura lograda después de 24 millones de años y haber caminado en sus dos patas traseras, las características de este pre-homínido lo ubican intermedio entre chimpancé y humano, pero más cercano  al segundo por su capacidad de bipedestación y la morfología de su dentadura

Según los descubrimientos paleontológicos, parece que después del Orrorin vinieron una serie de especímenes de descendientes de este, un poco más evolucionados, hasta llegar al Homo sapiens o sea el ser humano que vendría siendo el culmen de la evolución de la inteligencia, entre estos descendientes, aproximadamente 11, especímenes, tales como: Ardipithecus ramidus[2], Australopitecos anamensis[3], Australopitecos afarensis[4], Australopitecos deyiremeda, Australopitecos africanus, Australopitecos garhi, Paranthropus aethiopicus, Paranthropus boisei, El Homo habilis, El Homo ergaster,

Lo curioso de estas diferentes especies en que ha venido evolucionando el ser humano, es que desde Australopitecos afarensis, cada una tenía su cerebro más grande que la de su predecesor, punto importante para el desarrollo de la inteligencia, aunque no el único.

Un factor importante en el desarrollo de la inteligencia humana, parece que fue el consumo de carne, porque por ejemplo el Homo habilis empezó a comer carne, aunque carroña, pero carne al fin, factor importante en el desarrollo neuronal, luego vino el Homo erectus, comedor variado, entre ellas carne cruda, mejor aún para el desarrollo neuronal, para finalmente, por esos azares del destino, como por ejemplo, el incendio de un bosque por la caída de rayos, asó a algunos animales herbívoros, y tuvo que probar la carne cocida alimento que aparte de exquisito, posibilitó el aumento del número de neuronas en la cavidad craneana.

Según los expertos, el consumo de carne asada al facilitar la digestión en comparación con la carne cruda, liberó chorros de neuronas del sistema digestivo hacia el cerebro hasta llegar al tamaño de 1,45 kilogramos. Con esto no se quiere decir que el solo tamaño del cerebro sea la clave única en el desarrollo de la inteligencia, porque si así fuera el elefante o la ballena azul, serían más inteligentes, dado que el primero tiene 5 kilogramos de cerebro y la segunda 8, pero si nos referimos al tamaño relativo, o sea a la relación entre el peso del cerebro frente a todo el cuerpo, que lo que los expertos le llaman cociente de encefalización y ahí si el humano les gana

Nosotros los seres humanos, biológicamente hablando pertenecemos a la especie Homo sapiens, la cual a su vez hace parte del orden de los Primates (Al que pertenecen todos los simios), suborden: Haplorrhini, Infraorden Simiiformes, parvorden Catarrhini, superfamilia Hominoidea, familia Hominidae, Subfamilia Homininae, tribu Hominini, subtribu Hominina, género Homo. Bueno sobra decir que somos del reino animal, vertebrados y mamíferos.

Aparecimos en el escenario terrenal hace 200 mil años, aparentemente hace mucho tiempo, pero muy poco si pensamos que la vida en este planeta lleva algo más de 3.500 millones años, de los 4.500 millones que es la edad de la tierra, lo que querría decir que aparecimos hace muy poco.

Lo importante a destacar de esta especie, es su gran inteligencia, es descendiente de otra del mismo género ya desaparecida el: Homo erectus, también de seres inteligentes, que habitaron este planeta hace 1,9 millones de años y desaparecieron hace aproximadamente 120 mil años. Esta especie de hombres cavernícolas habitaron en varias partes, especialmente en Asia, Europa y África, debido a que sus ancestros los: Homo ergaster, también inteligentes, especie extinta desde hace 1,5 millones de años, originarios de África, quienes junto con sus congéneres los Homo habilis, también inteligentes,  y también africanos, fueron unos incansables exploradores quienes viajaron a pie por selvas, montañas y sabanas,  por todo el mundo dejando descendencia hasta en la China, Sudeste Asiático y Europa, sitios donde de ellos evolucionó el Homo erectus, mucho más cerebral e inteligente que sus antepasados.

La especie de los Homo sapiens, ha desarrollado tanto su inteligencia que actualmente somos testigos y disfrutamos de cosas, aparatos y métodos que ha sido capaz de crear el ser humano.

 


Bibliografía:

Richmond, B. G. y Jungers, W. L. (2008), “Orrorin tugenensis femoral morphology and the evolution of hominin bipedalism”. Science, vol. 319, núm. 5870, p. 1662-1665.

https://afanporsaber.com/tag/orrorin#.YHJH3lUzbIU

https://hipertextual.com/2016/01/animales-mas-antiguos

https://www.intagri.com/articulos/nutricion-vegetal/los-elementos-beneficos-para-las-plantas

https://concepto.de/organismos-unicelulares/#ixzz6s9KRHOJG

https://es.wikipedia.org/wiki/Silicio

 

http://antropologiayecologiaupel.blogspot.com/2011/05/nuestro-primer-ancestro-orrorin_18.html

https://theconversation.com/el-cerebro-que-nos-hace-humanos-y-diferentes-140187

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3207484/

IMÁGENES:

1: Tomada de http://universodecienciaficcion.blogspot.com/2010/12/1898-la-guerra-de-los-mundos-hgwells.html

[1] El hueso etmoides es un hueso único, mediano, simétrico que se ubica en el cráneo formando su suelo y contribuye a la formación de las cavidades nasales y orbitarias.

[2] Descubrimiento atribuido al reconocido cazador de fósiles, el etíope Ato Alamayehu Asfaw, más conocido como Alamayehu Asfaw

[3] Descubrimiento hecho en Kenia, por Meave G. Leakey, (Paleontóloga inglesa y doctora en Filosofía y en Ciencias) en 1995, y el paleontólogo estadounidense Bryan Patterson. En descubrimientos más recientes (2016), el paleontólogo etíope Yohannes Haile-Selassie, encontró un cráneo en la región de Woranso-Mille, en Etiopía, también perteneciente a esta especie

[4] descubierto en 1974 por Donald Johanson, Yves Coppens y Tim White en el yacimiento de Hadar, valle del río Awash, Etiopía.

 

 

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