¿OTRA VEZ OPERACIÓN DE BANDERA FALSA?
Por: Armando
Malebranch Eraso D.
A propósito de
las acusaciones, de Donald Trump y sus lacayos, a la China, de ser culpable de
la tragedia mundial, por el coronavirus, arguyendo que se trata de un virus
creado por humanos señalando al laboratorio P4 de Wuhan como una fuente
probable de dicha creación, e incluso ya se habla de posibles sanciones, para
que los comunistas chinos paguen al mundo por los
daños causados, claro que lo del mundo es un decir, lo que busca Trump es
eludir su responsabilidad en el desastre de sus país y busca que los chinos
paguen el daño de su fallida administración, ¡vivo el gringo! y precisamente
por eso, valga la pena destacar la reiterada costumbre de los distintos
gobiernos de los Estados Unidos, hayan sido estos demócratas o republicanos, de
utilizar la operación de bandera falsa, para sacar partido acusando falsamente
a otros.
Se da el nombre
de bandera falsa a operaciones encubiertas llevadas a cabo por gobiernos,
corporaciones y otras organizaciones, para hacerse daño a sí mismos y echarle
la culpa al enemigo. Resulta que esa
práctica es muy vieja, quizá quienes más la usaron en el pasado fueron los
barcos, en las guerras navales, que para engañar al enemigo, acostumbraban
cambiar de bandera, o sea de identificación. Por ejemplo, en la Batalla de
Papudo un barco de Chile utilizó la bandera de Gran Bretaña para sorprender en
el ataque a un barco español. La Batalla del Papudo, ocurrió en noviembre de 1.865
y que según los historiadores, se trató de una escaramuza naval cuando apenas
se habían llevado a cabo las guerras de independencia de las naciones
americanas contra España; tuvo por contendientes a la corbeta chilena
Esmeralda, que tenía izada la bandera de Inglaterra, o sea la utilizaron como
bandera falsa, y la goleta española Virgen de Covadonga, y supuso la captura de
esta última. Esta batalla la hizo Chile contra España, supuestamente
defendiendo al Perú, que al parecer volvería a caer bajo el dominio español.
Los ataques
terroristas, en algunas ocasiones han sido operaciones de bandera falsa, como
la expresión strategia della tensione, en la cual varias explosiones de bombas
en los años 70, se atribuyeron a organizaciones de extrema izquierda y
anarquistas, cuando en realidad fueron llevadas a cabo por organizaciones de
extrema derecha, apoyadas por el mismísimo gobierno. La expresión strategia della tensione se
utilizó por primera vez en diciembre de 1.979, a raíz del atentado contra la
Banca Nazionale dell'Agricoltura de Piazza Fontana, en Milán. En ese atentado
murieron dieciséis personas, y ochenta y ocho resultaron heridas. Se comprobó
que dicho atentado, así como otros, fueron parte de una estrategia de una organización
paramilitar secreta, financiada por la OTAN, la CIA y el MI6 británico, pero
fueron atribuidos a las Brigadas Rojas, organización marxista leninista, que se
oponía al ingreso de Italia a la OTAN. Cualquiera se preguntará ¿para qué harían eso?. Sencilla y
llanamente, para desacreditar al
supuesto enemigo ante el público y así
justificar la represión, los bloqueos, las sanciones, la persecución y hasta
los bombardeos, como lo ocurrido en Irak, Libia, Siria, Afganistán y va a pasar
con Venezuela.
Nada raro sería
que los mismos Estados Unidos hubieran planeado el ataque del once de
septiembre del 2001, para echarle la culpa a cualquiera de los países árabes
que planeaban invadir, para saquearles
el petróleo, pero primero tenían que buscar el beneplácito de su propio
congreso y del pueblo norteamericano, e incluso de la
comunidad mundial, a mí me entró la duda, en primer lugar porque me pareció
extraño que un choque de avión haya vuelto polvo un edificio de concreto, acero
y aluminio. En mis averiguaciones, encontré que el veintiocho de julio de 1.945,
o sea a finales de la Segunda Guerra Mundial un bombardero Mitchell B 25, se
estrelló en el lado norte del edificio Empire State Building, a la altura del
piso 79, a causa de una neblina espesa. En esa oportunidad, el fuego fue
extinguido, aunque catorce personas murieron. Pero lo que quiero destacar es
que la fachada del edificio, si bien fue algo dañada, sus estructuras centrales en acero no habían
sufrido ninguna modificación, y que, como todos sabemos, el edificio está allí,
y si comparamos con lo de entonces, ¿cómo es que las dos Torres Gemelas hayan
sucumbido?, cuando debieron ser construidas a prueba de choque de aviones de
gran tamaño, teniendo el antecedente de 1945. Además parece que este ataque a
las Torres Gemelas puede haber sido una operación de bandera falsa, porque
antes ya se había dado otro ataque a este mismo centro de negocios en 1993, del
que se llegó a saber, fue orquestado por el FBI y ocurrió, exactamente, el viernes 26 de febrero de 1.993 a las 12:30
pm, en los parqueaderos del sótano de la torre norte, con un camión que tenía 680
kilos de explosivos en su interior. El objetivo del atentado, era devastar los
cimientos de la Torre Norte para derrumbarla sobre la Torre Sur y asesinar a
miles de personas, no fue conseguido, pero produjo 6 muertes y 1.042 (mil
cuarenta y dos) heridos. La explosión abrió un agujero de treinta metros de
profundidad en el piso del parqueadero.
Otro caso ligado
con esto, es el atentado terrorista contra el Edificio Federal Alfred P. Murrah
de la ciudad de Oklahoma; ese atentado fue el más grave contra los intereses de
los americanos hasta lo de las Torres Gemelas. La explosión de Oklahoma destruyó
o dañó trescientos veinticuatro edificios en un radio de dieciséis manzanas,
destruyó o quemó ochenta y seis coches y destrozó los vidrios en doscientos
cincuenta y ocho edificios cercanos. Pero a pesar de haberse cobrado ese número
de víctimas y de haber costado a sus financiadores cerca de seiscientos
cincuenta millones de dólares, el gobierno no consiguió el apoyo popular que
buscaba, de aprobar la ley antiterrorista, con la que adquiriría patente de
corso para invadir alguno de los siete países árabes, petroleros, incluido
Irán, e involucrarse en una guerra más; y lo peor de una ley antiterrorista es
que eliminaría la libertad de la gente y a uno lo pueden detener en cualquier
momento, pueden registrar su casa, oficina y todo, con el solo hecho de que
alguien, así sea por chiste, lo acuse a uno de terrorista.
¿Y por qué era
difícil conseguir la aprobación popular? Posiblemente porque el pueblo
norteamericano mantenía fresco el horror de la Guerra de Vietnam y no quería
oír hablar de más guerras. Pero esta vez, o sea con lo de las torres gemelas, con
tres mil muertos y seis mil heridos, que es lo que causó el atentado, la
destrucción del World Trade Center en Nueva York y los graves daños en el
Pentágono, en el estado de Virginia, ahora sí, el gobierno consiguió, primero la aprobación
de la ley antiterrorista y segundo el apoyo popular para invadir alguno de los
países, petroleros de su interés, posiblemente Afganistán o Irak. Con este
supera tentado, el pueblo norteamericano se tendía que indignar y no solo acceder a que se haga una ley
antiterrorista, sino a exigirla, y cuando se determine al responsable,
constatado o no, que de seguro no saldrá de los siete países petroleros, lo
tendrían que invadir y volver pedazos. Pero
no solamente es petróleo lo que buscan los Estados Unidos, a ellos les encanta la guerra porque los
banqueros norteamericanos ganan muchos millones de dólares con las guerras ya
que le prestan plata a los dos bandos en contienda y a ambos les sacan jugosos
intereses; de ahí que busquen a toda costa meterse en guerras, y por eso se
inventan operaciones de bandera falsa.
Otro hallazgo en
mis averiguaciones, que aparte de parecerme un acto horrible, de bandera falsa,
corrobora lo que acabo de decir, se refiere
al caso del barco mercante de pasajeros muy lujoso, el Lusitania. Resulta que
el 7 de mayo de 1.915, frente a las costas de Irlanda, este hermoso barco fue
hundido por un submarino alemán. Este hundimiento hizo que la opinión pública
en muchos países se opusiera mayoritariamente a Alemania, sobre todo la opinión
pública norteamericana, que presionó a su gobierno para que interviniera, y fue
así como quedó justificada la entrada de los Estados Unidos a la Primera Guerra
Mundial, a la que no habían sido invitados. Porque, como todos sabemos, esa
guerra era europea, prácticamente entre Alemania e Inglaterra, aunque el
conflicto enfrentó a la Triple Alianza, formada por el Imperio alemán,
Austria-Hungría e Italia, y a la Triple Entente, formada por el Reino Unido,
Francia y el Imperio ruso. Un dato adicional es que esta terrible guerra dejó
nueve millones de muertos. Esto podría ser considerado un típico caso de
operación de bandera falsa. Y miren, mis
queridos amigos, yo tengo una información que fue secreta durante mucho tiempo,
pero que tal vez a ustedes les va a interesar. Resulta que las ambiciones de
los banqueros norteamericanos estaban tan empeñadas en que su país entrara en
la guerra, que el propio secretario de Estado norteamericano en 1.914, señor William
Jennings Bryan, fue encargado de convencer al presidente Thomas Woodrow Wilson,
en nombre de los banqueros, para que viera las oportunidades de grandes
ganancias que les reportaría la guerra. El presidente Wilson no estaba
convencido de eso y se opuso a toda costa; públicamente había declarado la
neutralidad de los Estados Unidos. Aclaro que algunos biógrafos, interesados en
limpiar la cara de William Jennings dicen que fue un pacifista partidario de
mantener la neutralidad de los Estados Unidos, incluso dicen que le escribió al
presidente Wilson: “No es probable que algún bando gane una victoria de manera
completa como para ser capaces de determinar los términos de esta, y si
cualquiera de los bandos ganara una victoria como tal, esto probablemente significaría
una preparación para otra guerra. Parecería que es mejor buscar una base más
racional para la paz”.
mucho tiempo
después se llegó a saber que el coronel Edward Mandell House, asesor principal
de Wilson en la política europea y la diplomacia durante la Primera Guerra
Mundial, tuvo contacto con el secretario de Relaciones Exteriores de
Inglaterra, Sir Edward Grey, y le preguntó qué creía que se debía hacer para
que los Estados Unidos pudieran entrar en la guerra, y el sir inglés le
respondió con otra pregunta: “¿Qué cree usted que pasaría si los alemanes
hundieran un barco mercante con pasajeros a bordo?”. Este es un caso típico de
operación de bandera falsa, en primer lugar porque los alemanes habían
advertido, y fue nada menos que la propia embajada de Alemania la que publicó
un anuncio en periódicos norteamericanos, tengo información de que uno de los
periódicos que publicó la alerta alemana fue nada menos que el New York Times,
que decía más o menos así: “¡Atención! Se recuerda a los pasajeros que tengan
la intención de cruzar el Atlántico que existe el estado de guerra entre
Alemania y Gran Bretaña, y que la zona de guerra comprende las aguas adyacentes
a las Islas Británicas; que las embarcaciones con bandera de Inglaterra o
cualquiera de sus aliados se arriesgan a ser atacadas en tales aguas, y que los
viajeros que atraviesen la zona de hostilidades en barcos de Gran Bretaña o
cualquiera de sus aliados lo hacen por su cuenta y riesgo. Atentamente: Embajada
Imperial Alemana en Washington D.C., fechado el 23 de abril de 1915.
Continuará
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